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El Proyecto Manhattan y la prueba de Trinity.


Escrito por: @Vagonba

Nuevo México, Estados Unidos, era una madrugada veraniega en las arenas del desierto del suroeste de ese país, sin embargo, esta mañana veraniega no era como cualquier otra.
 
El año era 1945, el mes era julio, transcurría el 7mo verano de una guerra que había sumido al mundo en un frenesí de odio, muerte y destrucción; una guerra que para ese momento ya había reclamado a más de 50 millones de víctimas.
 
Pero ni siquiera esa mañana en el desierto americano podría considerarse como una mañana más de ese verano, a las 5:29am, el mundo estaba a meros segundos de ingresar a una nueva era, una era que continúa en la actualidad, una era en que la humanidad se encuentra en peligro de extinción permanente todos y cada uno de los días.
 
En ese lugar y en esa fecha se llevaba a cabo una de las operaciones más secretas de la historia, llevaba como nombre clave Trinity, y representaba el más grande logro de un programa del ejército de Estados Unidos llamado el proyecto Manhattan. Pocas personas conocían lo que se estaba llevando a cabo en aquella ocasión, y aún menos conocían la ciencia detrás de lo que ahí se probaba.
 
Pasados los 29 segundos de las 5:29am del 16 de julio de 1945, una sonora explosión, precedida de un luminoso flash, sacudió por completo a las vacías planicies desérticas, iluminando la oscuridad crepuscular como si fuera medio día por unos segundos.
 
La noche se hizo día a más de 200 km de distancia de la detonación, el sonoro estruendo fue sentido a más de 300km por transeúntes que no tenían la más mínima idea de lo que ocurría. El personal del proyecto Manhattan, quien supervisaba la prueba desde su base a 16km de distancia, sintieron por segundos como la temperatura se elevaba como si estuvieran adentro de un horno.
 
El concepto con el que operaban las bombas atómicas llevaba siendo desarrollado desde hacía pocos años, nadie conocía completamente los efectos que producían estos aparatos, lo que se sabía era que poseían un potencial destructivo inimaginable.
 
Menos de un mes después, con la intención de poner fin a la terrible guerra que sostenían los aliados contra la obstinada y aparentemente inquebrantable resistencia japonesa y buscando evitar tener que lanzar una invasión afibia sobre las islas japonesas, lo que hubiera producido miles de muertes y extendido la guera; 2 bombas atómicas fueron arrojadas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, en territorio nipón, el 6 y 9 de agosto respectivamente, las bombas fueron apodadas “Little Boy” y “Fat Man”, produciéndose más de 100.000 muertes en la primera y hasta 80.000 en la segunda.
 
No era la primera vez que se bombardeaba a poblaciones civiles, las bombas convencionales de EE.UU. ya habían devastado desde el cielo a las mayores ciudades japonesas causando una sola noche más de 100.000 muertes en la ciudad de Tokio, con estructuras mayormente hechas de papel y madera que sucumbieron a las llamas, ese mismo año. Los mismos japoneses habían infligido más de 200.000 muertes en el genocidio de Nanjing contra civiles chinos usando armas convencionales.
 
Sin embargo, este nuevo tipo de arma tenía un potencial destructivo mucho mayor a cualquier bomba que existiera en un arsenal de algún ejército del planeta, tenía el potencial de aniquilar a cientos de miles de personas en pocos segundos con ninguna defensa disponible.
 
Las bombas atómicas matan en tres formas diferentes, en primer lugar, la gigantesca liberación de energía produce una onda calórica capaz de vaporizar instantáneamente a aquellas personas que se encuentren a pocos cientos de metros de la explosión, luego, con una onda expansiva capaz de derrumbar a cualquier estructura que se encuentre en su paso, y por último, el más temible de todos, la radiación, un asesino capaz de matar silenciosamente, las partículas invisibles penetran y destruyen al cuerpo lentamente, la agonía puede durar días, y la contaminación al área afectada puede permanecer por años, en 1945, los efectos devastadores de la radiación tomaron por sorpresa inclusive a los científicos que diseñaron la bomba.
 
Tan complicado fue el razonamiento moral entre los diseñadores de la bomba, que algunos recurrieron a transmitir secretamente todos los planos de la bomba a los soviéticos, incómodo aliado de EE.UU. en ese momento, puesto que les parecía inmoral que una sola potencia tuviera el monopolio de estas armas. Cuando Truman, en medio de la conferencia de Potsdam, Alemania, le informó a Stalin de la prueba del dispositivo, fuentes rusas indican que ya el lider comunista tenía conocimiento del proyecto.
 
Tanto fue así, que menos de tres años después de la detonación de Trinity en Nuevo México, ya la Unión Soviética había probado exitosamente un dispositivo equivalente, años antes de lo que EE.UU. había previsto, con lo que se le dio inicio a la carrera armamentística nuclear que duraría durante toda la guerra fría.
 
Desde Siberia, el océano pacífico, hasta Australia y Argelia; cada potencia, EE.UU., la U.R.S.S., Reino Unido, Francia y China, buscarían cualquier lugar remoto del planeta para probar cada mes un nuevo y más agresivo dispositivo de destrucción. Primero las arrojaban desde los aviones, luego las montaron en la punta de los misiles, en submarinos, barcos y hasta cañones.
 
La bomba nuclear más grande que se haya construido fue detonada en una prueba por la Unión Soviética en 1961, apodada la Bomba Zar, con un peso de 27.000 toneladas; el artefacto produjo una bola de fuego de más de 10km de diámetro que por poco no alcanzó al avión que la arrojó y que podía ser vista a 1000 Km de distancia, el calor de la explosión se pudo sentir a más de 270 Km, mientras que los sismógrafos detectaron un terremoto en la tierra de 5.5 Mw.
 
Defensores del armamento nuclear alegan que los arsenales nucleares, que han llegado a contar con hasta miles de bombas, han preservado la paz mundial evitando una tercera guerra mundial entre las potencias mediante el concepto de la disuasión, si alguien ataca primero, recibirá una respuesta total y devastadora del afectado.
 
Lo que si es cierto es que llevar a cabo un ataque nuclear es moralmente imposible de comprender, se estima que en pocas horas de un ataque total, las víctimas pudieran contarse entre los cientos de millones, algunos alegan inclusive, que una guerra nuclear total podía generar un apocalipsis, tapándose la entrada de la luz solar por la atmósfera y sumiendo al globo en un invierno perenne que pudiera durar años y hasta décadas, poniendo en riesgo hasta la propia supervivencia de la humanidad entera.
 
Solo nos queda esperar que el instinto de supervivencia humano logre prevenir que algún día el mundo se suma en semejante conflicto, que suficiente inteligencia haya entre los responsables para evitar una detonación accidental y que los terroristas nunca logren hacerse con el control de alguno de estos artefactos de la muerte.



Fotografía del montaje de Trinity, la primera bomba nuclear detonada en la historia el 16 de julio de 1945.

Video de la prueba Trinity.

Resultado del bombardeo atómico de Hiroshima, Japón, 6 de agosto de 1945, solo las estructuras mas fuerte de concreto reforzado quedaron en pié.

Lideres aliados reunidos en Potsdam, Alemania, discutiendo el futuro posguerra de la nación germana el 2 de agosto de 1945. Izquierda, Clement Atlee, 1er ministro británico, en el centro, Harry Truman, Presidente de EE.UU., y a la derecha Iosif Stalin, Jefe de estado de la U.R.S.S.

Video de la prueba Grable, el cañón nuclear, Nevada, EE.UU., 1953.

Video de la prueba de la Zarina de las Bombas, el artefacto nuclear mas poderoso construido en la historia, archipielago Novaya Zemlya, U.R.S.S. 1961.

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